Casa de José Martínez

Juana de Vega 16

Calle Juana de Vega, nº16.

Calle Alameda, nº17.

Arquitecto: Julio Galán y González Carvajal

Estilo: Modernista (C. Juana de Vega) y Ecléctica (C.Alameda)

Inicio de la obra: 01/05/1907

Fin de la obra: 25/11/1908

Arq. ampliación: Eduardo Rodríguez-Losada Rebellón

Ampliación: 28/05/1940 a 17/02/1941

Autor: Alberto Fuentes Valcárcel

En la segunda mitad del siglo XIX los cambios en el arte de la guerra hacen que las murallas de las ciudades dejen de ser necesarias. Se trataban de elementos que limitaban la ciudad y su desarrollo. Así será, que en 1870 A Coruña inicia la explanación de sus murallas. Éstas separaban el istmo de la península sobre la que se asienta la ciudad del resto del país y servían para defender la posición de cualquier enfrentamiento terrestre.

La actual calle Juana de Vega era la Alameda de la ciudad, zona de paseo y disfrute, intramuros de las murallas. Con el derribo de las mismas es necesario unir la ciudad existente a la nueva ciudad que nace donde anteriormente estaban las murallas, el Ensanche.

Comentario histórico

El 1 de mayo de 1907 Julio Galán realiza el proyecto para construir dos casas de nueva planta para alquiler, encargadas por Don José Martinez Fontenla, abogado. Dichas casas serán, una de estilo modernista con fachada a la calle de Juana de Vega en las parcelas con números 58, 60 y 62 (actual nº16); y otra de estilo ecléctico, más sobria que la anterior, a la calle de la Alameda en el solar resultante de la demolición de las casas en ruinas números 65-67 y 69 (actual nº17).

La parcela de objeto de estas viviendas en la resultante de adosar las nuevas parcelas del Ensanche (calle Juana de Vega) a las previas de la ciudad existente (calle Alameda).

Según palabras de la memoria del arquitecto ambas casas se describen así:

Juana de Vega 16

Casa de la calle Juana de Vega

Distribución

«La casa de la calle de Juana de Vega se compondrá de planta baja distribuida en vestíbulo, caja de escalera, escritorio, retrete y gran almacén; piso primero destinado a vivienda y piso segundo con ático complementario en la segunda crujía».

Y durante las obras, el 4 de abril de 1908, el propietario pide autorización al Ayuntamiento para «adicionarle un nuevo piso, no acompañando plano de tal adicción por considerarlo innecesario, toda vez que la obra se limitará a la reproducción exacta del primer piso en el segundo y al cambio de situación de dicho segundo piso proyectado, que pasará por consiguiente a ser tercero, sin variante tampoco en la distribución general». Resultado así un edificio de seis plantas (B+4+A).

Construcción

«Los cimientos salvo el que el terreno impusiera otra clase de construcción serán de mampostería semi-hidráulica a dos metros, cincuenta centímetros de profundidad (2,50m) y con un metro quince centímetros (1,15m) de latitud, coronados con soleras de veinticinco centímetros (0,25m) y sobre esta hilada de erección zócalo de plinto y coronación de sillería de Parga y fuste de mampostería escogida revestida con cemento simulando granito, elevándose después toda la fachada con fábrica mixta de mampostería y ladrillo con vuelos formados de viguetas de hierro, en repisas y cornisas para revestir todos los paramentos y abultados de cemento simulando sillería fina de Novelda, con fondos de ladrillo. Los suelos y armadura serán de pino tea; los tabiques de rasilla, las correas mixtas de madera y hierro; la cubierta, de teja plana, y las azoteas, de zinc plano.

El patio, será descubierto desde la planta principal a cuyo nivel cierra, sirviendo de techo a la planta baja con enlosado de vidrio sobre madera y hierro sistema “Eclipse”.

Condiciones sanitarias

«La superficie total de la casa de que se trata será entre ejes de medianerías y con grueso de fachada de ciento noventa y ocho metros, sesenta y cuatro centímetros cuadrados (198,64 m²) correspondiendo al patio la de veintisiete metros, noventa y tres centímetros cuadrados (27,93 m²).

El ático medirá 55,12 metros cuadrados, distribuida esta superficie en la forma que detallan los planos se ha procurado establecer las distintas dependencias con luz directa y adecuado emplazamiento empleándose en la ejecución de las obras el estuco en los dormitorios, y el pavimento de baldosín hidráulico en retretes y cuartos de baño. Los desagües se verificarán por tuberías de gres a la alcantarilla general y todas irán provistas de sifón y ventilación directa».

Casa a la calle de la Alameda

Distribución

«Comprenderá un área de ciento cuarenta y ocho metros y veintiséis centímetros cuadrados entre ejes de medianeras y en grueso de fachada, se distribuirá en planta baja con destino a almacén y tres pisos superiores divididos en dos viviendas cada uno cubiertos con azotea y camarín central que acusa el acceso a las mismas. La parte cubierta utilizable de este pabellón será de once metros, noventa y seis (11,96 m²) centímetros cuadrados».

Construcción

«La construcción de esta casa será más modesta que la anterior, no decayendo sin embargo en su interior.

Los principales materiales que se emplearán, serán la mampostería y ladrillo, sobre zócalo mixto de sillería y mampostería en fachada; en tabiques, tabicones y cielo raso, y el baldosín en pavimentos de retretes y cocinas, y el cemento, en ornamentación.

Con la amplitud de la fachada y utilizando el patio de la casa de Juana de Vega descrita anteriormente se ha logrado también proporcionar luz discreta a las dependencias, y como los desagües serán, como en la otra, de gres con sifones y ventilación creamos que nada dejará que desear esta casa en cuanto se refiera a condiciones sanitarias».

Reforma de la casa de la calle Juana de Vega

Años más tarde, en 1940, el propietario, Don Salvador Martínez Fontenla (hijo del propietario anterior Don José Martínez Fontenla), contrata al arquitecto Eduardo R. Losada para realizar un proyecto para aumentar un piso y un buhardillón a la casa nº 56-60 (actual nº16) de la calle de Juana de Vega.

Según la memoria del proyecto el arquitecto dice lo siguiente al respecto de la reforma:

«Tiene por objeto este proyecto, la elevación de un nuevo piso –cuarto- y un buhardillón, a la casa nº 56-60 de la calle de Juana de Vega. La superficie será la total de la casas 165,44 metros cuadrados; su altura que hoy es de 15,00 m. subirá con la reforma a 18,50 m; las plantas se aumentan de cuatro a cinco y el buhardillón;  cada piso seguirá siendo para una vivienda, y su total pasará de tres a cuatro. La renta continuará al mes por vivienda, siendo la correspondiente al tipo de 100 a 250 pesetas, y el presupuesto global de estas obras asciende a veintidós mil pesetas.

Para la iluminación se dejara en todas las habitaciones a Juana de Vega y dormitorios al patio 1,60 m² ; el comedor y cocina tendrán 2,25 m² ; el cuarto de baño 1,50 m² y las dependencias del buhardillón o desván 1,40 m² .

Se empleará hormigón armado para muros y estructura de pisos; ladrillo para los tabiques de distribución interior; azulejo en arrimaderos; baldosas de cemento para solados; retretes sistema inodoros; tuberías de bajadas de gres y madera de castaño y pino rojo para la parte de carpintería».


Comentario artístico

Casa de la calle Juana de Vega

La fachada de esta casa está realizada en estilo Art-Nouveau de influencia parisina. Se trata de una fachada simétrica dividida en tres cuerpos y cinco plantas de altura. Toda la fachada, junto con sus elementos decorativos, se encuentran revestidos en cemento sin policromar, salvo el primer metro que hace de zócalo del edificio que está realizado con sillares de granito de color gris.

El cuerpo central se encuentra ligeramente retranqueado respecto a los laterales y modifica su configuración en altura. En planta baja dispone de un único hueco a modo de escaparate. En planta primera y segunda se divide en dos vanos, en la planta primera con un único balcón francés de poco espesor sobre ménsulas con barandilla de forja que unifica los dos vanos, y en la planta segunda con barandilla exterior independiente para cada vano, también de forja. En la planta tercera se divide en cuatro vanos a modo de galería, utilizando en los macizos decoración de pilastras con capiteles para dar mayor sensación de ligereza y antepechos retranqueados de hormigón muy decorados. En la planta cuarta, añadida a posteriori, repite la composición de las plantas primera y segunda con dos vanos, pero de una manera más simplificada con antepecho de hormigón en continuidad de la fachada y una barandilla de poca altura para alcanzar la medida de seguridad.

Los cuerpos laterales de un único vano en cada altura, albergan en la planta baja los accesos al edificio, en el cuerpo izquierdo, la entrada al bajo comercial; y en el derecho la entrada a las viviendas de las plantas superiores. Los vanos de la planta primera disponen de un balcón de obra de grandes dimensiones sobre ménsulas y con unos calados con motivos vegetales que recuerdan a las decoraciones góticas al igual que el antepecho de los vanos de la planta tercera del cuerpo central. En la planta segunda y tercera se repite el mismo balcón, también de obra pero de menor dimensión que el de la planta primera, y mismo ancho y decoración vegetal más propia del modernismo, sujetos por una consola en forma de concha. En la planta cuarta, los vanos cerraban la coronación del edificio, pero con la ampliación de ese ático para pasar a ser una planta más los convirtió en un elemento decorativo más de la fachada, de tal modo que la culminación de la fachada ahora es una simple cornisa. Estos vanos tienen un remate que transforma una flor de lis en hojas de acanto con dos grandes formas onduladas, una a cada lado, que formarían una rocalla o cornucopia; estas formas onduladas se repiten en más elementos decorativos de la fachada como en las barandillas de forja del cuerpo central. Estos cuerpos laterales de la última planta se encuentran franqueados por pilastras decorativas con mucho detalle y rematadas con un girasol en su cúspide.

Todos los vanos se encuentran enmarcados por una cenefa con gran cantidad de decoración vegetal. La verticalidad que le confieren al edificio los cuerpos laterales se ve contrarrestada por cornisas que separan la planta baja de la primera, la primera de la segunda y la tercera de la cuarta, siendo esta última una  antigua cornisa de culminación del edificio.

Casa a la calle de la Alameda

La fachada de esta otra casa se definiría dentro del estilo ecléctico, contemporáneo del modernismo en la ciudad de A Coruña. La colocación de los sillares decorativos recuerdan al renacimiento manierista italiano del Palacio Pitti de Florencia o al barroco francés. El volumen del ático en cambio recuerda a los arcos del reloj de la Estación D’Orsay de París. Dada la influencia del modernismo parisino de la otra fachada se llega a la conclusión de que Julio Galán tomó París como fuente de inspiración.

También es una fachada simétrica y se divide en cinco cuerpos de ventanas y cuatro plantas de alturas, sobresaliendo el cuerpo central en una planta más, dando luz al bajo-cubierta. Tres cornisas dividen horizontalmente el edificio en 4 volúmenes: uno la planta baja, el siguiente conformado por las plantas primera y segunda, otro la planta tercera y el último el remate del ático. De igual manera que pasaba en la otra casa la fachada presenta un zócalo realizado con sillares de granito de color gris, estando el resto revestido en cemento, pero esta vez pintado de un color crema.

Los cinco vanos de la planta baja se traducen en cinco huecos de las mismas dimensiones con arco escarzano. El hueco central es el principal con una mayor decoración, que da acceso a las viviendas superiores; y los cuatro laterales, altamente modificados respecto a su configuración original, son los accesos y escaparate de los dos bajos comerciales en los que está dividida la planta baja, uno a cada lado del acceso al edificio.

El cuerpo central está ocupado por una galería de madera policromada en blanco que descansa sobre una repisa de hormigón con dos ménsulas sobre la puerta de acceso a las viviendas, acabando en la tercera planta del edificio. Originalmente se encontraba coronada por un remate en el que aparecía la fecha de construcción, pero que no ha llegado hasta nuestros días. Dicha galería se divide en dos vanos adintelados y se encuentra decorada con pilastras de capiteles modernistas y elementos vegetales de forja.

A cada lado de la galería encontramos dos vanos por planta enmarcados en pilastras anilladas de sillares almohadillados en disposición de soga y tizón. En cambio la galería y el edificio completo se encuentran franqueados por pilastras de sillares almohadillados en disposición de soga en las plantas primera y segunda; y lisas con ligeras decoraciones vegetales modernistas en la planta tercera. Los vanos en la primera y tercera planta se encuentran agrupados en balcones, mientras que en la planta segunda solo tienen antepechos en continuidad con los huecos de la planta primera.

Hay elementos en común con la fachada de la calle Juana de Vega como las barandillas de forja con las mismas formas onduladas y los relieves de motivos vegetales, que recuerdan a las decoraciones góticas. Éstos, que aparecían en los antepechos bajo los huecos en galería de la tercera planta, aquí aparecen en los antepechos de las ventanas de la segunda planta junto con decoración de puntas de diamante.

El remate del ático tiene forma de arco de medio punto y alberga una única ventana que sigue la misma geometría. El conjunto presenta decoración vegetal y destaca por el sobredimensionado decorativo de la clave, la dovela central del arco.

Autor:Alberto Fuentes Valcárcel


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Ubicación

Casa de la calle Juana de Vega

Casa a la calle de la Alameda


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